miércoles, 18 de noviembre de 2015

Buenas Prácticas en la Producción e Instalación del Hormigón


Una losa de hormigón que no cumpla con las especificaciones de calidad (por el motivo que sea) puede llegar a generar una serie de situaciones que afectan la seguridad de los trabajadores, de la obra y de los usuarios finales.





Una de las etapas de importancia en el desarrollo de un proyecto constructivo, es la determinación de las especificaciones técnicas del hormigón. En este ítem, las plantas hormigoneras y la industria de aditivos son fundamentales para satisfacer las necesidades de calidad, seguridad y sustentabilidad de las obras. Una falla que no es detectada, puede llegar a generar pérdidas importantes para la empresa.

Los niveles de riesgos que podemos identificar en el proceso de elaboración del hormigón, pueden ser variados si consideramos la infraestructura, el entorno y la tecnología, pensando que, por un lado, tenemos las plantas hormigoneras y, por otro, el albañil particular con su “betonera” o “pala”. Para el primer caso, los estándares de seguridad y medidas de control deberían estar claramente definidos e implementados, a diferencia del segundo caso, donde las medidas de control básicas (EPP), generalmente no son consideradas.

Si nos enfocamos netamente en el hormigón como producto, los aspectos más importantes a tener en cuenta son los peligros asociados al contacto con sustancias químicas (cementos y aditivos que proporcionan características específicas al hormigón) y la exposición a material particulado con presencia de sílice. Para ambos casos, las empresas que ocupan este material deben determinar medidas de control que minimicen los riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores expuestos.

Un hormigón que no cumpla las especificaciones de calidad, puede generar una serie de situaciones capaces de afectar la seguridad de los trabajadores, las que también deberán estar identificadas como potenciales riesgos y con sus respectivas acciones preventivas. Un ejemplo de ello son las caídas de planchones en túneles, donde las consecuencias para los trabajadores pueden ser fatales.




Medidas de Seguridad para su Instalación

El proceso de hormigonado tiene características relevantes que debemos tener en consideración: los tiempos de transporte y aplicación son acotados; y las características del entorno y ambientales son relevantes (distancia, condiciones del tránsito, horario, condiciones climáticas, etc.). Por ello, es fundamental una planificación sistemática de la tarea y el respectivo análisis de seguridad, el cual debe ser desarrollado en forma integral por los profesionales que coordinan este proceso y difundido a todos los trabajadores involucrados en las diferentes tareas asociadas.

Un aspecto que siempre se debe considerar es el riesgo de exposición a asbesto. Si bien su uso está prohibido en Chile desde 2001, quienes actualmente trabajen en el retiro de materiales que contengan este producto, previamente deberán remitirse a lo establecido por la autoridad sanitaria, cuyos profesionales han diseñado un procedimiento que se deberá cumplir antes y durante la ejecución de esta actividad (esta directriz también hace referencia a la disposición de los residuos generados). Su objetivo principal es evitar que los trabajadores y la comunidad se expongan al asbesto, ya sea en el lugar donde se realiza el trabajo, durante el transporte y en la disposición final de los residuos.


No existe un requerimiento legal específico acerca de las condiciones de salud que deben tener quienes trabajen directamente con hormigón. Sí podemos mencionar que algunas empresas, de acuerdo a sus protocolos de contratación, establecen requisitos que las personas deben cumplir, según el puesto de trabajo. No obstante, y considerando que uno de los riesgos para la salud más importantes a tener presente es la exposición a sílice, las empresas deben implementar los procedimientos y manuales definidos por el PLANESI, lo que incluye la incorporación de los trabajadores en un programa de vigilancia médica, capacitación y entrenamiento.

La incorporación de tecnología para el proceso de elaboración y aplicación del hormigón se asume como una medida preventiva basada en la ingeniería, que es el ideal en el control de riesgos. A ello se suma el desarrollo de aditivos no peligrosos y amigables con el medioambiente, como los plastificantes y súperplastificantes que reducen consumo de agua y energía para su producción y que no contienen cloruros, no son tóxicos, ni inflamables.


Fuente: Revista HSEC

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