domingo, 29 de noviembre de 2015

Uso de Extintores y Observaciones Generales


Los Extintores son equipos portátiles de acción mecánica, que contienen diversos agentes de extinción, están diseñados para ser utilizados ante fuegos incipientes o en su etapa de inicio y directamente relacionado con el combustible presente en la generación del fuego.

Es fundamental conocer el manejo correcto del extintor para poder controlar y extinguir un amago de incendio.

 


Composición de un Extintor



Tipos de Fuegos




Los Extintores pueden ser de 4, 6, 10 y 12 kilos; como también ser de 50 o 100 kilos, los cuales  deben ser usados desde un carro, para poder manejarlos.


Procedimiento de Uso y Manejo


 

  • Retire el extintor de su soporte y trasládelo en posición vertical hasta el área amagada
  • Ubíquese a una distancia prudente donde el calor o llama sea soportable
  • Retire o rompa el sello de seguridad
  • Párese con los pies levemente separados y tome la manguera firmemente desde el extremo cercano a la boquilla y apunte a la base del fuego
  • Active la manilla de operación y dirija el chorro a la base del fuego
  • Mueva la manguera con movimiento de abanico sofocando el fuego
  • Continué hasta extinguir el fuego
  • Si el fuego es de clase A, remueva las cenizas para comprobar la existencia de fuego
  • Una vez descargado, informe para que se proceda a su revisión y recarga 
  • Si requiere del uso de más equipos, al descargarlos, dejélos alejados y en posición horizontal.  

Recomendaciones

¿Cuando abandonar el combate de un amago de incendio?


  • Si su vía de escape se ve amenzada por el humo o gas
  • Si no tiene equipos de extinción disponibles
  • Si usted ya no es capaz dee combatir el fuego en forma segura
  • Si el incendio se está extendiendo más allá del lugar donde comenzó
  • Si usted no puede combatir el incendio de espalda hacia su salida de emergencia
  • Si el fuego puede bloquear su única salida




 Fuente: Asociación Chilena de Seguridad

lunes, 23 de noviembre de 2015

Riesgo Ergonómico en los puestos de trabajo


EL TRABAJO EN LA OFICINA ENGLOBA MUCHOS FACTORES TANTO DE DISEÑO DE MOBILIARIO (ESCRITORIO, SILLA, PANTALLA DEL COMPUTADOR, ETC.), COMO DE FACTORES AMBIENTALES (ILUMINACIÓN, RUIDO, ETC.).

Por lo tanto, desde el punto de vista de la gestión de riesgos laborales para este trabajo, es necesario abordar cuatro puntos importantes:

  •  Adecuado diseño de las instalaciones (climatización, iluminación, acondicionamiento acústico, etc.). Este aspecto asegura disponer de condiciones ambientales correctas, cumpliendo con lo dispuesto en el Decreto Supremo N°594.
  • Selección correcta del equipo que se va a adquirir. En el caso del mobiliario, el cumplimiento de los requisitos mínimos de calidad ergonómica permitirá prevenir una buena parte de las molestias de tipo postural tan frecuentes en las oficinas. La selección de equipos tecnológicos adecuados, así como de sus complementos es también factor a tener en cuenta para prevenir alteraciones visuales o molestias.
  • Correcta organización de las tareas, evitando sistemas de trabajo que conducen a situaciones de estrés, desmotivación  en el trabajo y otros problemas de tipo psicosocial.
  • Finalmente, todas las acciones anteriores pueden resultar ineficaces si no se toma en cuenta, la labor de instruir e informar a los trabajadores. Este aspecto es especialmente importante en tareas que presentan un alto grado de autonomía en el propio puesto de trabajo.


De poco sirve disponer de buenos equipos si el usuario no conoce la forma de distribuirlos correctamente, no ha recibido información sobre cómo ajustar el mobiliario que utiliza o desconoce la importancia de incluir cierto hábitos de trabajo, como por ejemplo: 
Realización de Pausas Activas y Ejercicios de elongación de extremidades superiores, y la Postura Ideal para mantener en su puesto de trabajo.



Postura Ideal en su puesto de trabajo






Algunos Ejercicios para realizar durante una Pausa Activa





  

A continuación, se presenta un video de una charla de 5 minutos, realizada a trabajadores, de un laboratorio dental, en relación a la ergonomía, sus riesgos y medidas de control.





viernes, 20 de noviembre de 2015

Prevención de Riesgos en el Sector Hotelero


El trabajo desplegado en la industria hotelera y los lugares para el alojamiento de pasajeros involucran múltiples tareas y servicios realizados a un ritmo intenso. Ello implica ciertos riesgos laborales que se deben reconocer y controlar para evitar accidentes y proteger la seguridad, tanto de los clientes como de los propios trabajadores. Sepa cómo identificar los peligros y reforzar la cultura preventiva para este sector productivo. 




Los trabajos realizados en diversas instalaciones de los hoteles: la recepción, la cocina, el bar, la lavandería, las habitaciones, el jardín, el gimnasio, los pasillos, escaleras, más otras áreas, implican ciertos peligros y riesgos comunes a las tareas. Es necesario conocerlos y saber cómo controlarlos para hacer el trabajo más seguro. 
Los riesgos están presentes en la industria hotelera y la actitud con la cual el trabajador enfrenta la jornada de trabajo será un factor diferenciador que puede evitar accidentes de trabajo. Según información proporcionada por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), las estadísticas que presenta la industria hotelera en Chile por accidentes de trabajo en un período de dos años muestran un total de 1.370 accidentes del trabajo(*) y 8.837 días perdidos o de licencia, representando estos indicadores una tasa de accidentalidad anual de 7,2% y una tasa de siniestralidad de 86. Estos 1.370 accidentes se distribuyen de acuerdo al tipo de accidente y agente que interviene. 
Tomaremos este ejemplo como muestra representativa para ilustrar sobre qué tipo de riesgos laborales estamos hablando, los mismos afectan a los distintos trabajadores que ejecutan tareas en un hotel: manipuladores de alimentos, auxiliares de cocina, personal de mantención, mucamas, personal de aseo, lavandería, botones y administrativos.


A continuación se presenta la casuística de accidentes del trabajo. 

Por Tipo de Accidente 

(*) Información proporcionada por la Asociación Chilena de Seguridad


¿Cuáles son los riesgos en esta actividad? 

Los riesgos están presentes en todo tipo de trabajos. Los riesgos más frecuentes en la actividad en hoteles y lugares de alojamientos son los siguientes:  

  • Caídas de igual y distinto nivel 
  • Cortes 
  • Golpes 
  • Quemaduras 
  • Contactos eléctricos 
  • Ruidos 
  • Exposición a sustancias peligrosas 
  • Sobreesfuerzos 
  • Incendios o explosiones 

1) Riesgo de caídas de igual o distinto nivel 
Como medida central para evitar este tipo de riesgos se debe mantener el orden siempre. Entre las causas de las caídas de igual y distinto nivel podemos mencionar las superficies de tránsito sucias (escaleras, pasillos, etc.); los pisos mojados y/o resbaladizos (grasas, aceites, etc.); las superficies irregulares o con aberturas facilitan este tipo de accidentes, así como las superficies de trabajo improvisadas o aquellas superficies de tránsito obstruidas, el uso de calzado inadecuado y la falta de iluminación figuran entre las principales causas de este tipo de riesgo. 



Medidas de prevención  
  • Limpieza de líquidos, grasas, residuos u otro vertido que pueda caer al suelo
  • Eliminar del suelo suciedades y obstáculos con los que se pueda tropezar
  • Colocar revestimiento o pavimento de características antideslizantes
  • Para acceder a muebles o materiales en altura usar escaleras u otras plataformas
  • Usar calzado adherente. 

2) Riesgo de Cortes 
El uso de máquinas y de utensilios manuales expone al riesgo de cortes. La clave para evitar este tipo de riesgos es mantener la concentración en el trabajo realizado con el objeto cortante, sin distracciones de ningún tipo. Asimismo, es fundamental verificar que las máquinas cuentan con protección de las partes móviles, jamás usar utensilios defectuosos y seguir los procedimientos de trabajo.  


Medidas de prevención  
  • Revisión periódica de dispositivos de bloqueo y enclavamiento
  • Empleo de elementos auxiliares
  • Usar los elementos de protección personal necesarios en cada operación
  • Generar procedimiento de trabajo


A las causas de cortes por utensilios manuales se le suma la falta de concentración y, sobre todo, falta de conocimiento.  

Medidas de prevención  
  • Selección y cuidado de los utensilios manuales
  • Entrenamiento
  • Usar los elementos de protección personal necesarios en cada operación
  • Generar procedimiento de trabajo.

3) Riesgo de Golpes
El riesgo de golpearse por, con o contra objetos, materiales o estructuras existe en el trabajo en hotelería. Entre las causas de este tipo de riesgos figuran el descuido, la falta de concentración, falta de iluminación, la falta de orden y planificación y la sobrecarga de estanterías. Por tal razón, no se debe acumular cosas innecesarias que sólo servirán como obstáculos contra los cuales seguramente alguien en el trabajo se golpeará.

Medidas de prevención 
  • Sujetar o anclar firmemente las estanterías a elementos sólidos, tales como paredes o suelos, y poner los objetos más pesados en la parte más baja de las mismas
  • Señalizar lugares donde sobresalgan objetos, máquinas o estructuras inmóviles
  • Mantener la iluminación necesaria para los requerimientos del trabajo
  • Eliminar las cosas innecesarias
  • Ordenar en los lugares correspondientes
  • Mantener las vías de tránsito despejadas. 

4) Riesgo de quemaduras
Dentro de las causas de tener un accidente de quemaduras está el contacto con superficies calientes, como por ejemplo de ollas y hornos, o la posibilidad de contacto con líquidos a altas temperaturas.



Medidas de prevención  
  • Instalar las superficies de trabajo alejadas de las fuentes de calor
  • Mantención preventiva que evite el deterioro de aislamientos térmicos de calderas, hornos, etc. Utilizar los elementos de protección personal adecuados a la actividad a desarrollar
  • Generar procedimientos de trabajo

5) Riesgos de contactos eléctricos
Para evitar este tipo de riesgos es necesario evitar los contactos directos e indirectos con la electricidad (falta de puesta a tierra, deterioro de aislamiento), aprovechando los beneficios del uso seguro de la corriente eléctrica. 

Medidas de prevención  
  • Revisar periódicamente la instalación eléctrica
  • Comprobar interruptores diferenciales
  • Utilizar máquinas y equipos que tengan incorporada la tierra de protección
  • No intervenir máquinas ni equipos eléctricos
  • No usar los aparatos eléctricos con las manos mojadas o húmedas
  • No ocupar máquinas ni equipos que estén en mal estado
  • Emplear extensiones eléctricas certificadas y que estén en buenas condiciones
  • No sobrecargar circuitos
  • Utilizar elementos de protección personal adecuados al trabajo a realizar
  • El personal debe estar capacitado en su labor especifica y prevención de riesgos
  • Se debe informar los trabajos y señalizar (en los tableros) con tarjetas de seguridad, a fin de evitar la acción de terceros que puedan energizar sectores intervenidos. 

6) Riesgo de ruidos 
El nivel de ruido en el ambiente de trabajo interfiere en la comunicación de las personas y también puede llegar a causar daños en la capacidad auditiva de las mismas. Se generan en lugares como la recepción, conserjería, cocina, restaurante, bar y otros lugares similares. 

Medidas de prevención
  • Colocar dobles puertas o ventanas para evitar la entrada de ruidos externos
  • Aislar compartimientos de mayor ruido, como máquinas, etc.  
  • Diseño y mantención del sistema de aire acondicionado debe ser adecuado, para evitar la transmisión del ruido ocasionado por el ventilador.  
  • Realizar mantención preventiva a máquinas y equipos de trabajo (ventiladores, etc.) Solicitar evaluación de ruido en el ambiente de trabajo. 

7) Riesgos de exposición a sustancias peligrosas 
Este tipo de riesgos está dado por el posible contacto con productos o sustancias utilizados en labores de limpieza, lubricación o pintura, como por ejemplo detergentes, sustancias cáusticas, disolventes, etc. Los trabajadores más expuestos a este tipo de riesgos son los auxiliares de cocina, mucamas, personal de lavandería y aseo. 




Medidas de prevención
  • Conocer composición de los productos utilizados
  • Sustituir sustancias peligrosas por otras con las mismas propiedades, pero que generen menos peligro a las personas. 
  • Renovación periódica de aire en el ambiente de trabajo (ventilación y extracción forzada o natural).  
  • Tener las hojas de datos de seguridad de las sustancias peligrosas.  
  • Al aplicar líquidos de limpieza para lavar losa o utensilios, se debe utilizar guantes de goma o similar, con el fin de aislar las manos y la piel de dichos líquidos.  
  • Cuando se trasvasije líquidos de limpieza, se debe utilizar un protector facial.  
  • Jamás se debe trasvasijar líquidos de limpieza en botellas de bebidas.  
  • Restringir uso sólo a personal autorizado.  
  • Generar procedimiento de trabajo. 

8) Riesgo de sobresfuerzos 
Para evitar este tipo de riesgos no se debe adoptar posiciones incorrectas de trabajo ni efectuar movimientos repetitivos que lo expongan al riesgo de sobreesfuerzos. Es fundamentar solicitar ayuda cada vez que sea necesario. Dentro de las cusas que generan este riesgo figuran incapacidad física, manejo inadecuado de materiales, posturas incorrectas de trabajo, movimientos repetitivos, falta de elementos auxiliares de transporte, tales como medios mecánicos como carros portaequipajes que dispongan de un sistema de bloqueo y ruedas que permitan un deslizamiento suave. 





Medidas de prevención  
  • Utilizar equipos auxiliares para el movimiento de carga.  
  • Respetar cargas máximas según sexo y edad.  
  • Generar procedimiento de manejo de materiales.  
  • Posibilitar cambios de postura o pausas de trabajo.  
  • Formar a los trabajadores en la manipulación de carga para evitar movimientos y posturas que sobrecarguen la estructura musculo-esquelética.  
  • Solicitar ayuda. 

9) Riesgo de incendios o explosiones 
El peligro que reviste un incendio y una explosión puede generar posibles consecuencias que pueden llegar a ser fatales, tanto para las personas como para los bienes materiales de la empresa. Las cusas que generan este peligro son variadas: origen eléctrico, llamas abiertas (quemadores, etc.), acumulación de grasa en campanas y ductos, descuidos en el control de las fuentes de calor y/o combustibles o la acumulación de gases y vapores combustibles. 

Medidas de prevención  
  • Limpieza periódica de campanas.  
  • Renovación periódica de aire en el ambiente de trabajo (ventilación y extracción forzada o natural).  
  • Mantener bajo control toda fuente de calor o de combustible. 
  • Mantener orden y aseo en todos los lugares de trabajo
  • La instalación eléctrica debe cumplir con la normativa vigente de servicios eléctricos, en el diseño, instalación, mantención y usos
  • Los materiales combustibles o inflamables deben mantenerse lejos de los procesos que signifiquen altas temperaturas
  • Establecer prohibición de encender fuegos y de fumar en zonas de alto riesgo de incendio
  • Generar procedimientos de trabajo




miércoles, 18 de noviembre de 2015

Buenas Prácticas en la Producción e Instalación del Hormigón


Una losa de hormigón que no cumpla con las especificaciones de calidad (por el motivo que sea) puede llegar a generar una serie de situaciones que afectan la seguridad de los trabajadores, de la obra y de los usuarios finales.





Una de las etapas de importancia en el desarrollo de un proyecto constructivo, es la determinación de las especificaciones técnicas del hormigón. En este ítem, las plantas hormigoneras y la industria de aditivos son fundamentales para satisfacer las necesidades de calidad, seguridad y sustentabilidad de las obras. Una falla que no es detectada, puede llegar a generar pérdidas importantes para la empresa.

Los niveles de riesgos que podemos identificar en el proceso de elaboración del hormigón, pueden ser variados si consideramos la infraestructura, el entorno y la tecnología, pensando que, por un lado, tenemos las plantas hormigoneras y, por otro, el albañil particular con su “betonera” o “pala”. Para el primer caso, los estándares de seguridad y medidas de control deberían estar claramente definidos e implementados, a diferencia del segundo caso, donde las medidas de control básicas (EPP), generalmente no son consideradas.

Si nos enfocamos netamente en el hormigón como producto, los aspectos más importantes a tener en cuenta son los peligros asociados al contacto con sustancias químicas (cementos y aditivos que proporcionan características específicas al hormigón) y la exposición a material particulado con presencia de sílice. Para ambos casos, las empresas que ocupan este material deben determinar medidas de control que minimicen los riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores expuestos.

Un hormigón que no cumpla las especificaciones de calidad, puede generar una serie de situaciones capaces de afectar la seguridad de los trabajadores, las que también deberán estar identificadas como potenciales riesgos y con sus respectivas acciones preventivas. Un ejemplo de ello son las caídas de planchones en túneles, donde las consecuencias para los trabajadores pueden ser fatales.




Medidas de Seguridad para su Instalación

El proceso de hormigonado tiene características relevantes que debemos tener en consideración: los tiempos de transporte y aplicación son acotados; y las características del entorno y ambientales son relevantes (distancia, condiciones del tránsito, horario, condiciones climáticas, etc.). Por ello, es fundamental una planificación sistemática de la tarea y el respectivo análisis de seguridad, el cual debe ser desarrollado en forma integral por los profesionales que coordinan este proceso y difundido a todos los trabajadores involucrados en las diferentes tareas asociadas.

Un aspecto que siempre se debe considerar es el riesgo de exposición a asbesto. Si bien su uso está prohibido en Chile desde 2001, quienes actualmente trabajen en el retiro de materiales que contengan este producto, previamente deberán remitirse a lo establecido por la autoridad sanitaria, cuyos profesionales han diseñado un procedimiento que se deberá cumplir antes y durante la ejecución de esta actividad (esta directriz también hace referencia a la disposición de los residuos generados). Su objetivo principal es evitar que los trabajadores y la comunidad se expongan al asbesto, ya sea en el lugar donde se realiza el trabajo, durante el transporte y en la disposición final de los residuos.


No existe un requerimiento legal específico acerca de las condiciones de salud que deben tener quienes trabajen directamente con hormigón. Sí podemos mencionar que algunas empresas, de acuerdo a sus protocolos de contratación, establecen requisitos que las personas deben cumplir, según el puesto de trabajo. No obstante, y considerando que uno de los riesgos para la salud más importantes a tener presente es la exposición a sílice, las empresas deben implementar los procedimientos y manuales definidos por el PLANESI, lo que incluye la incorporación de los trabajadores en un programa de vigilancia médica, capacitación y entrenamiento.

La incorporación de tecnología para el proceso de elaboración y aplicación del hormigón se asume como una medida preventiva basada en la ingeniería, que es el ideal en el control de riesgos. A ello se suma el desarrollo de aditivos no peligrosos y amigables con el medioambiente, como los plastificantes y súperplastificantes que reducen consumo de agua y energía para su producción y que no contienen cloruros, no son tóxicos, ni inflamables.


Fuente: Revista HSEC

lunes, 16 de noviembre de 2015

Implicancias Legales para una empresa ante el Acoso Sexual


En los últimos 20 años, los trabajadores, particularmente las mujeres trabajadoras, han empezado a oponerse a que se las someta a este tipo de acoso sexual. Antes lo aceptaban como algo inevitable, pero ahora lo combaten. Todo empresario debe capacitar a sus gerentes sobre como enfrentar y evitar el hostigamiento sexual.





La Ley 20.005 del 18 de Marzo del 2005, introduce una serie de modificaciones al Código del Trabajo, dentro de las cuales incorpora la figura del acoso sexual e, inclusive, da como concepto legal el siguiente: “El que una persona realice en forma indebida, por cualquier medio, requerimientos de carácter sexual, no consentidos por quien los recibe y que amenacen o perjudiquen su situación laboral o sus oportunidades en el empleo”. Es importante precisar que la definición que entrega la legislación sobre acoso sexual debe ser entendida de manera amplia, por ejemplo, que puede producirse en trabajadores del mismo rango jerárquico.

Otra modificación que introdujo la mencionada ley, guarda relación con la agregación de estipulación de normas dentro del reglamento interno que garanticen un ambiente laboral digno y de mutuo respeto entre los trabajadores. Además, siguiendo la misma línea, se introdujo un nuevo numeral: el reglamento interno deberá contener el procedimiento al que se someterán y las medidas de resguardo y sanciones que se aplicarán en caso de denuncias por acoso sexual.

La misma ley señala que el empleador que, ante una denuncia del trabajador afectado, cumpla íntegramente con el procedimiento establecido en el Título IV del Libro II, no estará afecto al aumento señalado en la letra c) del inciso primero del artículo 168. En otros términos, esto significa que el empleador que cumpla con el nuevo procedimiento, incorporado por la ley en cuestión, no estará afecto al aumento del 80% por sobre la indemnización correspondiente, si se declarase judicialmente que la causal de terminación del contrato del trabajador denunciado por conductas de acoso sexual es indebido. Claramente, dicha situación beneficia al empleador.


Denuncia del hecho

En cuanto al proceso de investigación y la sanción al acoso sexual, aquel trabajador que sea afectado por conductas de acoso sexual deberá denunciar la situación por escrito a la dirección de la empresa, establecimiento o servicio o directamente ante la Inspección del Trabajo. 
Si la denuncia se efectúa al empleador, este debe adoptar las medidas de resguardo necesarias respecto de los involucrados y se da, como ejemplo, la separación de espacios físicos o redistribución de la jornada o cualquiera otra, tomando en consideración la gravedad de los hechos imputados y las posibilidades derivadas de las condiciones de trabajo.

En cambio, cuando la denuncia se efectúe directamente a la Inspección del Trabajo, esta sugerirá a la brevedad la adopción de las medidas ya señaladas al empleador. Una vez tomadas las medidas necesarias para evitar la prosecución del acoso sexual, es necesario que se inicie una investigación tendiente a esclarecer los hechos y establecer responsabilidades y sanciones. Para ello, el empleador tiene dos opciones:

  1. Remitir los antecedentes con los que cuente a la Inspección del Trabajo, en el plazo de 15 días, para que dicha institución se encargue de investigar. Las conclusiones a que llegue la Inspección, deberán ser puestas en conocimiento del empleador, del denunciante y del denunciado.
  2. Iniciar una investigación interna, a cargo del empleador o de quien este designe, que debe ser finalizada dentro de 30 días. Además, debe constar por escrito y ser llevado en estricta reserva, garantizando que ambas partes sean oídas y puedan fundamentar sus dichos. Las conclusiones deberán enviarse a la Inspección del Trabajo respectiva. Según el resultado de la investigación, el empleador deberá, dentro del plazo de 15 días, desde la recepción del mismo, disponer y aplicar las medidas o sanciones que correspondan.






Causal de despido

En lo que respecta a la causal de despido, se introduce por esta ley y sin derecho a indemnización las conductas de acoso sexual. 
Además, se establece a favor del trabajador afectado la figura del despido indirecto, que consiste en la facultad del trabajador de poner término al contrato de trabajo, si el empleador incurriere en las conductas de acoso sexual. Como consecuencia, el trabajador tiene derecho al pago de una indemnización equivalente a la última remuneración mensual devengada por el trabajador o la pactada individual o colectivamente aumentada en un 80%, y además del pago de las indemnizaciones que correspondan como, por ejemplo, por daño moral. El despido indirecto y la determinación del monto de las indemnizaciones a pagar deben determinarse ante el Juez de Letras del Trabajo correspondiente.

Ahora bien, si el trabajador o trabajadora hubiese invocado “conductas de acoso sexual” falsamente o con el propósito de lesionar la honra de la persona demandada y el tribunal hubiese declarado su demanda carente de motivo plausible (es decir, que no tenía ningún fundamento legal) deberá indemnizar los perjuicios que cause al afectado y estará sujeto a las otras acciones e indemnizaciones legales que procedan como, por ejemplo, en los delitos de injurias y calumnias en su caso.

Por último, esta ley introduce normas sobre la reserva de la investigación, como es el caso en que se optase por una investigación interna dentro de la empresa. En ese caso, esta deberá constar por escrito y ser llevada en estricta reserva, la que tendría por objetivo la protección de la honra y facilitar las denuncias por esta materia, sin exponer a los involucrados al escrutinio público, antes de terminada la investigación y establecidas las responsabilidades consecuentes.


Fuente: Revista HSEC


jueves, 12 de noviembre de 2015

Gestión del Riesgo Psicosocial en Chile


Desde que se volvió obligatoria para las empresas la implementación del Protocolo de Riesgos Psicosociales, se ha vuelto el centro de atención, a lo menos para cumplir con la obligación legal. Esto último es muy relevante ya que las empresas implementan estas mediciones para “cumplir” y así “evitar multas” en las fiscalizaciones, desvirtuando el real sentido tras el protocolo.




La Aplicación del Protocolo requiere que en las organizaciones se ejecuten ciertas acciones para dar respuestas colectivas y organizacionales que permitan controlar patologías mentales. 



Factores de Riesgo

En el marco de estas competencias, el año 2013 el Ministerio de Salud oficializó el “Protocolo de Vigilancia de Riesgos Psicosociales en el Trabajo”, cuyo objetivo es identificar la presencia y nivel de exposición a riesgos que pueden incidir en la salud mental de los trabajadores. 
Dentro de los factores de riesgo que deben ser medidos en Chile encontramos: exceso de exigencias psicológicas; falta de influencia y posibilidades de desarrollo; falta de apoyo y de la calidad del liderazgo; escasas compensaciones; y por último, doble presencia o interferencia del trabajo en la vida familiar. Las consecuencias del estrés en el trabajo tienen diversas presentaciones, ya sea en la salud física y mental de los trabajadores (con el consecuente aumento de enfermedades de origen común y laboral, accidentes, licencias médicas y días perdidos), como también en la producción y productividad de la organización (retrasos en el cumplimiento de tareas, pérdida de calidad de los productos y servicios, insatisfacción de los clientes y disminución de la competitividad), entre otros múltiples efectos.
En nuestro país, las licencias tipo 5 de salud mental representan más del 80% de los días perdidos por enfermedad profesional, sin que a la fecha haya existido un protocolo de actuación de las organizaciones frente a este tipo de situaciones.





Antecedentes Legales

Con fecha 12 de Junio de 2013, mediante Resolución Exenta N° 336, el Ministerio de Salud aprueba el Protocolo de Vigilancia de Riesgos Psicosociales en el trabajo, con el objetivo de supervigilar y fiscalizar las condiciones sanitarias y ambientales básicas de los lugares de trabajo, con el fin de proteger la vida y la salud de los trabajadores que en ellos se desempeñan.

Posteriormente, con fecha 17 de Julio de 2013, según N° B33/2307, se determina que la fiscalización se realizará inicialmente en tres de las actividades económicas que la evidencia ha demostrado tienen mayor grado de exposición a este tipo de riesgos, las cuales son: a) Transporte; b) Comercio (retail), y; c) Intermediación Financiera.

El periodo de fiscalización comenzó el 1° de septiembre del 2013 en estos tres rubros, para terminar el 1° de septiembre del 2015, donde se incorporarán los rubros restantes.

Abordando el problema

En virtud de la exigencia del Protocolo de Riesgos Psicosociales, desde septiembre de 2013 a la fecha más de 200 mil trabajadores del sector retail, instituciones financieras y transporte (sectores priorizados para los primeros dos años de implementación) han formado parte de la evaluación de riesgos psicosociales en sus lugares de trabajo. 

Dichas evaluaciones se dan en el marco de un modelo de gestión que considera algunos hitos tales como:
  • Conformación de un comité de evaluación
  • Realización de una campaña de difusión
  • Evaluación
  • Entrega de resultados
  • Elaboración de un plan de intervención, Seguimiento y Re-evaluación




Todos estos procesos se dan en el contexto de la salud de los trabajadores y requiere de su activa participación, fomentando la discusión y el compromiso frente a los resultados obtenidos, junto a la definición de medidas preventivas que el comité de trabajo establece como necesarias. El diálogo y compromiso que se genere al interior de la organización posibilita y garantiza el éxito de las acciones.
Este modelo busca que la organización sea capaz de identificar, priorizar y gestionar el riesgo, ya sea a través de la prevención, mitigación o eliminación de los factores presentes en los ambientes de trabajo, como así también tiene el desafío de generar renovadas formas de organización del trabajo y condiciones de empleo. 

El instrumento de evaluación que establece el Protocolo de Vigilancia es el cuestionario Suseso/Istas21, que entrega un perfil valorativo de las dimensiones medidas, y cuyos resultados deben ser entendidos como una aproximación a la realidad laboral y las necesidades más inmediatas.
Así como todas las organizaciones están llamadas a adaptarse a los nuevos desafíos productivos, también deben ser capaces de incorporar procesos de gestión en beneficio de la salud de su capital humano. Ello implica que las medidas deben apuntar a dar respuestas colectivas, organizacionales, y no a situaciones personales o individuales. Frente a esto no existen recetas; cada organización tiene dinámicas propias y necesidades específicas, por tanto, las acciones también deben ser a la medida.

Dependiendo de los niveles de riesgo y la existencia de patologías calificadas en la organización, esta deberá definir sus niveles de intervención:

  • Primaria, cuando se trate de modificar o eliminar las fuentes de estrés, disminuyendo así el impacto negativo sobre los trabajadores 
  • Secundaria, orientada a la detección precoz de grupos de riesgo, delimitando sus consecuencias y efectos 
  • Terciaria, para generar estrategias dirigidas a minimizar los efectos de los problemas que ya están teniendo lugar en la organización y sus trabajadores, como el tratamiento de los síntomas de la enfermedad de origen laboral 


Todo esto forma parte de un proceso continuo que ha llegado a quedarse en la cultura laboral de nuestro país.



Fuente: Protocolo de Vigilancia de Riesgos Psicosociales

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Primeros Auxilios ante una Electrocución Laboral


Una de las principales fuentes de riesgos en el mundo laboral es el contacto con fuentes de energía eléctrica, es por ello que resulta de vital importancia que el empleador adopte todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, de acuerdo a lo establecido en el Artículo 184 del Código del Trabajo y a lo estipulado en la Ley 16.744 del Seguro Social de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.





Entonces, es fundamental conocer los componentes de los materiales con los que trabajamos a diario, ya que esto determinará las medidas preventivas que debemos adoptar en el ámbito laboral. En el caso de que la operación o manipulación de equipos eléctricos sea inadecuada, se puede producir un accidente grave, porque la corriente es silenciosa pero destructiva, ya que se manifiesta a través del fuego.



Formas de Contacto


Existen dos formas principales de contacto con la electricidad que debemos conocer: el contacto directo y el indirecto. El primero se origina cuando la persona entra en contacto con un elemento que está destinado a transmitir corriente, como por ejemplo, sistema de alimentadores en los tableros. En este caso, una serie de factores influyen en el daño general de la persona que se electrocuta:

  • Resistencia que la persona ejerce al paso de la corriente.
  • Humedad que la persona puede tener en las manos.
  • Humedad en el ambiente.

Los accidentes por contacto indirecto son aquéllos causados por el contacto con un elemento o material que no debiese estar energizado, pero que, por causas anexas, se encuentra en ese momento con energía eléctrica. Un ejemplo es que la carcasa de un computador (en la oficina), o un torno, estén energizados.

Sin duda que frente a trabajos en donde existe exposición a este riesgo, es muy importante adoptar todas las medidas de seguridad pertinentes para evitar que el trabajador resulte lesionado. En ese contexto, es preciso mencionar que toda instalación eléctrica, es decir, conductores o cables eléctricos, deben considerarse conectados y en tensión.


  • Antes de trabajar sobre los mismos, comprobar la ausencia de corriente con el equipo adecuado.
  • No manipular elementos eléctricos con las manos mojadas, o en ambientes húmedos o mojados.
  • Evitar la utilización de enchufes múltiples para evitar la sobrecarga de la instalación eléctrica. Nunca improvisar empalmes ni conexiones.
  • No usar cables-alargadera sin conductor de protección para la alimentación de receptores con toma de tierra.
  • Evitar el paso de personas o equipos por encima de los cables para evitar tropiezos, sin olvidar el riesgo que supone el deterioro del aislante.
  • Con carácter previo a la desconexión de un equipo o máquina, apagar haciendo uso del interruptor.
  • Los trabajos eléctricos deben ser ejecutados por personal capacitado y autorizado para ello (ya sea se estén instalando, modificando o reparando equipos eléctricos). 



Cinco Reglas de Oro al realizar Trabajos Eléctricos





¿Qué hacer frente a un trabajador electrocutado?


Ya sea por contacto directo o indirecto, el grado de las lesiones estarán determinadas por los siguientes factores: cantidad de corriente, región del cuerpo afectada, estado de la piel, tiempo de contacto y trayecto de la corriente.

Las lesiones causadas por la electricidad son potencialmente graves, independiente del voltaje, ya que al entrar en contacto con el cuerpo, la electricidad se extiende rápidamente por los tejidos, ocasionando un daño profundo aunque no necesariamente visible,
pudiendo ocasionar desde una quemadura hasta un paro cardiorrespiratorio.






Las medidas de atención en Primeros Auxilios son las siguientes:
  1. Asegurarse que la escena sea segura para el que otorga los Primeros Auxilios, desconectando la corriente. 
  2. Si el accidentado aún permanece unido al conductor eléctrico con el cual tuvo contacto, separarlo de éste utilizando un trozo de madera, que es aislante de la corriente eléctrica. Jamás utilizar elementos metálicos, ya que conducen la electricidad y pueden dañar al auxiliador.
  3. En Alta Tensión, suprimir la corriente a ambos lados de la víctima; de lo contrario, su salvación será muy peligrosa. Si no es factible, aislarse tanto de los conductores como de la tierra, utilizando guantes de goma, tarimas aislantes, etc.
  4. Si el accidentado hubiera quedado suspendido a cierta altura del suelo, prever su caída, colocando debajo colchones, mantas, montones de paja o una lona.
  5.  Tener presente que el electrocutado es un conductor eléctrico mientras a través de él pase la corriente.

Una vez rescatado el trabajador, el auxiliador debe evaluar el estado de conciencia, la respiración y el pulso. Si estos tres signos están ausentes, se estará frente a un paro cardiorrespiratorio y será necesario iniciar maniobras de reanimación, previa solicitud de ayuda y de un Desfibrilador Externo Automático (DEA).


Procedimiento a aplicar en casi de paro respiratorio:


Las maniobras de reanimación básica deben iniciarse con masaje cardíaco externo. Si estamos solos, deben realizarse 30 compresiones seguidas de dos ventilaciones (pueden hacerse boca a boca o a través de una mascarilla unidireccional que podemos encontrar en el botiquín de Primeros Auxilios).


Procedimiento a aplicar en caso de paro respiratorio y cardíaco:


La reanimación cardiopulmonar básica debe continuar hasta que llegue la ayuda avanzada o SAMU. Si la energía eléctrica no causó un paro cardiorrespiratorio, hay que evaluar el tipo de quemadura y actuar dependiendo de lo encontrado. De igual forma, tenemos que cubrir la lesión con un paño limpio o un apósito estéril si contamos con dicho material en el botiquín, en espera del traslado a un centro asistencial para su manejo.




Fuente: Seguridad Eléctrica